Alicia descubrió cómo impactar y persuadir a los demás.
Alicia y los Dioses griegos
– “Else, mi apariencia no refleja mi éxito profesional”.
– ¿En qué lo notas Alicia?
– “Cuando me veo en el espejo no me veo como me siento”.
– ¿Cómo así?
– “Por dentro soy poderosa, confiada, tengo una chispa que no tiene nada que ver con lo que ves, ¿y sabes cuándo me di cuenta?”
– ¿Cuándo?
Y comenzó a contarme su experiencia.
– Me da hasta vergüenza decirlo, pero hace unas semana nos reunimos por primera vez con un empresario italiano. Llegó al despacho junto a la directora de diseño… ¡vamos, que parecían sacados de una revista de moda!
No sé por qué me quedé un poco en shock, por lo que mi socio se levantó rápidamente y nos presentó.
No sé si fue idea mía, pero sentí que me miraron de arriba a abajo, parecían sorprendidos.
Por eso te contacté. Quiero que me ayudes a proyectar quien soy, quiero saber cómo arreglarme, qué me queda bien y cómo vestir en este tipo de reuniones. ¡Quiero verme poderosa!
Esta situación es muy común. La apariencia no es lo que debería importar en una persona, sin embargo, es una parte importante de la impresión que proyectamos en los demás.
Todos juzgamos en una primera impresión.
Es inevitable y está influenciada por una combinación de factores tanto biológicos, psicológicos y culturales.
Desde un punto de vista biológico, estamos programados para evaluar rápidamente a los demás como parte de nuestro instinto de supervivencia. En el pasado, cuando los humanos vivían en grupos pequeños, era importante ser capaz de identificar rápidamente a los extraños y evaluar si eran una amenaza o un aliado potencial.

En términos psicológicos, tendemos a hacer juicios rápidos basados en la primera impresión. La apariencia de una persona es la primera información que tenemos sobre ella y por lo tanto, la utilizamos para formarnos una opinión sobre ella.
Además, no podemos negar que vivimos en una cultura y sociedad en la que hemos normalizado juzgar a los demás por su apariencia. Los estándares de belleza y las tendencias de moda influyen en nuestras percepciones sobre lo que es atractivo o deseable en términos de apariencia.

¿Qué proyectaba Alicia?
Esta es una descripción objetiva de su apariencia cuando me contactó:
- Ropa inapropiada: Su ropa era demasiado casual, pantalones desgastados, camisetas con mensajes y sandalias con plataforma. En una oficina formal esto proyecta una imagen poco profesional y poco seria.
- Mal cuidado personal: Pelo sucio y descuidado. Esto puede ser una señal de falta de atención en los detalles y pueden transmitir una impresión de descuido y falta de profesionalismo.
- Comportamiento poco profesional: Hablaba en voz alta además de hacer chistes inapropiados, los que pueden proyectar una imagen poco profesional y poco confiable.
- Accesorios inapropiados: Usaba joyas llamativas y en exceso que acompañadas con su excesiva gesticulación puede distraer a los demás y desviar la atención de lo que realmente importa.
Una imagen profesional que no se ajusta a tu entorno laboral, y sobre todo a tus objetivos, puede afectar negativamente la forma en que los demás perciben tu capacidad y credibilidad.

¿Cómo Alicia mejoró su imagen personal descubriendo cómo impactar y persuadir a los demás?
Alicia decía sentirse confiada y poderosa, pero al comenzar el proceso se dio cuenta de que esta confianza y poder estaban en su área de trabajo, no así en la relación con su equipo y clientes.
Es por esto que, cuando se vio enfrentada a “los dioses griegos”, su confianza era muy débil. Solo podía pensar en cómo la estarían juzgando, de no sentirse a la altura y que esto invalidaría su profesionalismo.
Alicia comenzó a conocerse y a descubrir sus debilidades para luego, convertirlas en fortalezas.
Aprendió a identificar y comprender lo que le sucedía y fue gestionándolo durante todo el proceso.
En la tercera sesión, Alicia estaba tan motivada que comenzó a entrenar regularmente y a cuidar su alimentación para bajar su ansiedad y con ello, sentirse más confiada y enérgica.

Ya de cara a la cuarta sesión, trabajar su imagen personal fue fácil ya que ella tenía muy claro quién era y dónde quería estar. Ahora tocaba bajar esa información a formas, prendas y colores.
Después de dos meses de trabajo, Alicia tenía un estilo profesional elegante y natural, ideal para que su personalidad fresca y divertida brillara por completo.
Se sentía más segura de sí misma y más cómoda en su propia piel. Estaba sorprendida de ver cómo su nueva apariencia no solo la hacía sentir mejor consigo misma, sino que también tenía un impacto en la forma en que los demás la veían y la trataban.
Alicia comenzó a notar que sus colegas y clientes la trataban con más respeto y que era más efectiva en persuadir a los demás en reuniones importantes. Descubrió que su nueva apariencia le daba más confianza en sí misma y que esta confianza era contagiosa, lo que hacía que los demás también se sintieran más cómodos con ella.
Con el tiempo, Alicia logró alcanzar su objetivo profesional de ser nombrada socia en su firma de abogados. Ella atribuye gran parte de su éxito a su nueva apariencia y confianza en sí misma.
La historia de Alicia demuestra que mejorar la imagen personal puede tener un impacto significativo en cómo te sientes, en la forma en que los demás te perciben y en tu capacidad para persuadir y tener éxito en el trabajo.

Esta es una de tantas historias de éxito de mis clientas. Trabajo con mujeres que quieren ampliar sus oportunidades y tienen muy claro que son ellas mismas su mayor activo.
Si tu también quieres crecer en tu trabajo o carrera, contáctame y hablemos para hacerlo posible.
¡Gracias por leer hasta aquí!
Coméntame que te ha parecido la historia de Alicia y si te has visto en alguna situación parecida.
Nos vemos en el siguiente post.
Else
Coach de imagen personal y habilidades de comunicación.
Te ayudo a generar cambios profundos y visibles a través de mi entrenamiento de #autoconfianza para desenvolverte con #asertividad, #carisma y #poder.